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martes, 30 de noviembre de 2010

ENSAYO. TTT: Descripción de un mundo infante

TTT: Descripción de un mundo infante de  Guillermo Cabrera Infante

Por: Jhon Edwer Bernal Buitrago.

Cuba

Cuba  en los años 50, un país en desarrollo económico donde la dictadura castrista se ha desvirtuado totalmente, haciendo una  imagen que logro desarrollar la economía del país y ponerlo en los primeros lugares de los países  latinoamericanos, sumido en un monopolio comercial.

Cuba un lugar donde pocos saben mucho y muchos saben poco, una sociedad que tal vez maquillada por los medios de comunicación  muestra una cara que para unos sería ideal y para otros no. una isla que  está llena de  vivencias: tristes, amargas, felices o dulces,  sobresale un hermoso o despreciable lugar, poblado de la gran mayoría de los habitantes de las Antillas llamado, la Habana, la ciudad más grande y capital de cuba.

Guillermo Cabrera Infante. El autor de Tres tristes tigres construyó su obra alrededor de una ciudad inventada por él, exuberante de gracia y color, que sólo en parte coincide con la capital de Cuba, anterior al castrismo.

EL  juego de palabras que reluce esta novela, La joven hermosa que  inconstante, aquella ha dejado sin terminar y que presentamos en estas páginas, el fino oído que le permite reproducir el habla de un pueblo, las asociaciones tropicales de sus imágenes contribuyen  a suavizar  la creación del dolor del destierro. En esa compleja tarea, lo guiaba lo aprendido y soñado, viendo el cine clásico de Hollywood. Donde las películas a blanco y negro conmocionan al público de la habana  destacando personajes como, Gardel y muchos más.

Haciendo parte de  un amplio dialecto cubano, Guillermo Cabrera Infante, escritor de Cuba, hace uso de una  escritura que en forma de juego, y forma poética se puede describir la realidad de muchos cubanos en su entorno, llevando la imaginación  al  tiempo mismo.

LA HABANA DE CABRERA INFANTE


La Habana, 1950,  un espacio que va más allá de la imaginación de un hombre plasmada en la realidad, el vivir diario, día a día en un entorno que para muchos sería insoportable subsistir, para otros es realidad de la monotonía diaria y para unos pocos seria el cielo o el infierno.  Una habana colmada de desilusión, travesuras, envidias, rivalidades, tristezas, violencia; pero al igual colmada de amor, respeto, solidaridad, ilusión y esperanza; un mundo de  seres y  cosas imaginarias de la mente de un hombre, que cobran vida en un papel escrito con tinta del corazón, y su pasión por dar a conocer un mundo de ficción o realidad, que cada lector lo decidirá.

Sin dejar atrás la memoria, el humor y el juego que configuran la construcción de una habana,  Plasma de imágenes, recuerdos de un mundo “infante”, con un componente auto biográfico que resulta innegable dar libertad a la  imaginación estructurando  un mundo  que constituye las experiencias realmente vividas por el autor. Uniendo personajes de la vida real que se desplazan de un lugar a otro,  convocándose y concentrándose en lugares especiales a los que la hora y la música confieren una atmósfera propia de la ciudad de la Habana (cuba)


Una ciudad  pintoresca antigua donde Los edificios están construidos en su mayoría con piedra caliza de color coral claro. Donde se conservan calles estrechas y tortuosas, y viejas casas con arcadas, balcones, puertas de hierro y patios interiores, de gran interés histórico.

Donde las escenas descritas por  un mundo infante  dan vida  al pasado en su libro, “tres tristes tigres”, en el cual se  disuelve la vida de los personajes y en qué situación se encuentran,  transcribiendo conversaciones y pensamientos de cada uno de ellos, que después de muchas líneas de lectura el significado de sus  dichos y degeneraciones lingüísticas dan pasó a un rompecabezas, un juego lúdico, donde el lector haces huso de su erudición para saber lo que dice.

El autor, describe hechos mínimos  del mundo de los personajes a través de los diversos modos de alusión y de momentos  reales, creando imágenes que son el contenido de los recuerdos, ejecutando una disposición  personal de criticar la
calidad del humor y del juego que trasforman una broma en parodia haciendo un arte que fusiona la fantasía y la realidad. 


La ciudad de la Habana donde se representa acciones en un espacio ficcional, es recorrida de día y de noche por los personajes  para los cuales es su hábitat natural. O los cuales han venido del campo a buscar una meta y tratar de  encontrarse con su propio destino.  Describiendo escenas diurnas y nocturnas de lugares, con  nombres propios de la ciudad real, por lo cual el lector puede seguir a través de la mención de los nombres de calles, parques, barrios y edificios, un recorrido de  andanzas de los jóvenes descritos en esta obra,  pudiendo  reconstruir  un espacio solidificado en el tiempo pasado.


LAS CALLES  DE LA HABANA


Al igual la noche del trópico señala el inicio de un ritual diario, que es también un recorrido: beber, hacer música u oírla, bailar, encontrarse con los amigos, buscar mujeres, desplazándose de un lugar a otro.

 
Seguimos envueltos en el ruido de la ciudad y ahora en el olor de frutas (mamey,
mango anòn (fruto) sin duda: esa fruta siniestra, verde camaleón y gris de masa gris con la pulpa como un encéfalo enfermo, por dentro,  con ese olor de todas las frutas posibles del árbol de la ciencia del bien y del mal, con el aroma de los jardines de babilonia  y el sabor de la ambrosia sea esta lo que fuera, adentro de batidos, de refrescos, de melón, de tamarindo, de coco, y en la mezcla otro olor de fruta, el olor, del betún y la tintarràpida y el paño del salón monumental de limpiabotas (G, Cabrera Infante: P: 46)


Una descripción perfecta de cabrera infante, hacia la tierra que lo vio nacer, recuerdos de un tiempo forjado en la mente de un escritor, que al caminar por las calles de su tierra recordaba, sentía olores sabores de un destierro que amargo o no, quedo plasmado en su mente.


LA MÁS SEXY DE TODAS


La nocturnidad convoca a todos los estratos sociales de la ciudad, que a veces coinciden en los sitios, en los que el sitio hace parte la charlatanería y la burla, como es el caso de la estrella de la noche que cantaba boleros.

      
Era una mulata enorme, gorda gorda, de brazos como muslos  y de muslos que                                               
parecían dos troncos  sosteniendo el tanque del agua que era su cuerpo la  ballena negra, vestida con un vestido barato, de una tela carmelita cobarde     
que se confundía con el chocolate de su piel chocolate y unas sandalias viejas 
malucas, y un baso en la mano moviéndose al compas de la música, moviendo las
caderas, todo su cuerpo  de una manera bella,  no obscena pero si sexual y bellamente, meneándose a ritmo, canturreando por entre los labios aporreados , sus labios gordos y morados, a ritmo, agitando el vaso a ritmo, rítmicamente, bellamente, artísticamente,  ahora y el efecto era la belleza tan distinta, tan horrible, tan nueva que lamente no  haber llevado la cámara  para haber retratado aquel elefante que bailaba ballet, aquel hipopótamo en una punta, aquel edificio moviéndose por la música. la estrella rodríguez a sus servicios (G, Cabrera Infante: P: 70-71)

después de que termino “ me pidió que la llevara  a casa, cuando salimos en mi carrito deportivo ingles ella no había podido acomodarse  bien metiendo sus trescientas libras en el asiento, en el que no cabía uno de sus muslos   solo”, después de una pequeña conversación  “sentí su mano sobre mi muslo: ella puso
sus cinco chorizos sobre mi muslo, casi sus cinco salamis que adornaban un jamón  sobre mi muslo, y vi que me cubría todo el muslo y pensé, la bella y la bestia, y  pensando en la bella y la bestia me sonreí, y fue entonces que ella me dijo sube que estoy sola, -no, tengo que irme le dije. Tengo que dormir tengo que trabajar. (G, Cabrera Infante: P: 76 -77) 


Qué manera de describir  un personaje  cántate de boleros quien se robaba el chowcito de la noche, con su voz de mujer que corresponde al bajo pero que suena a barítono, contralto o casa así,  haciéndolo sexual y excitantemente atractivo a la imaginación de la burla y la risa. Ganándose cada uno de sus admiradores por sus dotes de mujer en el bar  CELESTE, y asediada por cada una de las clases sociales que la conocía.


EL CHOWCITO.


Un hueco oscuro que representa el relajo, el ocio triste, de la soledad compartida. Es también el último refugio de los artistas, cuando hacen música o bailan, con la gratuidad del hacerlo por el puro gusto de derrochar sus dones. Entonces las modas se olvidan y surgen los ritmos propios, genuinos, y se establece una camaradería peculiar hasta el amanecer en el trópico. Dentro de este espacio cerrado existe un ámbito aún más reducido, en severidad, es el espacio de un rito exclusivo que cumplen los que cultivan y comparten la nocturnidad extrema.


y ahora tengo que explicar qué es el chwocito. El Chowcito era el grupo de gente que se reunía a descargar en la barra, pegados a la vitrola, después que terminaba el último show y que descargando se negaban a reconocer que afuera era de día y que todo el mundo estaba ya trabajando hace rato o entrando al trabajo ahora mismo, todo el mundo menos este mundo de la gente que se sumergía en las noches y nadaba en cualquier hueco oscuro, aunque fuera artificial, en ese mundo de los hombres rana de la noche (G, Cabrera Infante p. 70)
                                                                                 

La ciudad, como la sociedad, corrompía a quien llegaba limpio, los lugares señalan no sólo posibles itinerarios, en cada noche, sino que indican, según las horas, la condición socio-económica y las inclinaciones sexuales de los asistentes. Sería posible establecer un mapa de La Habana nocturna siguiendo las denominaciones de los distintos antros, completando las  proyecciones más cercanas, en función del placer.

Codac es, junto con Ribot, el habitante de la noche habanera por excelencia. Conoce todos los lugares de reunión y práctica del relajo:


Yo soy fotógrafo y mi trabajo en esa época era de tiraplanchas de los cantantes y la gente de la farándula y la vida nocturna, y yo andaba siempre por los  cabaret y nite-clubs y eso, haciendo fotografías. Me pasaba toda la noche en eso y toda la madrugada y también toda la mañana. A veces no tenía nada que hacer, había terminado mi guardia en el periódico y a las tres o a las cuatro de la mañana me iba

para el Sierra, o para Las Vegas o al Nacional y por ahí a conversar con un amigo mío o a mirar a las coristas o a oír a las cantantes y a envenenarme con el humo y el olor rancio del aire acondicionado y la bebida. Así era yo y no había quien me cambiara, porque pasaba el tiempo y me ponía viejo y los días pasaban y se convertían en fecha y los años se convertían en efemérides y yo seguía así, quedándome en las noches, metiéndome en un vaso con hielo o en un negativo, o en el recuerdo (G, cabrera infante: P. 68).




PERSONAJES DE LA NOCHE TROPICANA


Donde los personajes tratan de reunirse para entrelazar las historias iniciadas e incompletas, que son casi inagotables. Un repertorio de historias, de ilusiones de conocimiento, de   personajes y anécdotas disponibles para ser vueltos a contar, donde cabrera infante hace una construcción y una  mirada crítica e histórica de la Habana,  llena de vivencias como el de caso de silvestre y cuba,

 

Lo digo solamente para aquellos que nunca han paseado en un convertible por el Malecón, entre cinco y siete de la noche, el 11 de agosto de 1958 a cien o ciento veinte: esa regalía, esa buena vida, esa euforia del día que está en su mejor hora, con el sol de verano poniéndose rojo sobre el mar de añil, entre nubes que a veces lo echan a perder al convertirlo en un crepúsculo de final de película religiosa en Tecnicolor, cosa que no pasó ese día, aunque a veces la ciudad es crema, ámbar, rosa arriba, mientras abajo el azul del mar es más oscuro, se hace púrpura, morado, y sube al Malecón y comienza a penetrar en las calles y en las casas y no quedan más que los concretos rascacielos rosados, cremosos, de merengue tostado casi por mi madre y eso es lo que yo iba mirando, y sintiendo el aire de la tarde en la cara y la velocidad entre pecho y espalda... (G, Cabrera Infante p.141-142).


Silvestre y  Cué, desplazándose, por la Habana generalmente juntos en auto, en el tiempo en que los demás personajes duermen,  es recorrida una y otra vez 
tratando de buscar placer en una copa de licor o en las amistades que conocen  y que van entrando en sus vidas, en cada escena que pasa y que es narrada por cabrera infante, en una especie de película clásica del cine  Hollywoodense.


LOS VIAJES DE CUE


Cué ha llegado a La Habana como un joven inocente en búsqueda de la realización de su vocación literaria, la que no se concreta. Convertido en actor, ha buscado la fama y el precio ha sido la pérdida de la inocencia. Ha perdido el amor de Laura y sus recorridos por la ciudad parecieran ser una búsqueda del amor, pero son en realidad la búsqueda del olvido. Cué viaja para no recordar. Estos recorridos son la justificación poética para que Silvestre construya la imagen completa de ese espacio abierto. La visión de la ciudad es configurada por Silvestre en Bachata. El término “bachata” en la zona del Caribe es significado de fiesta y así funciona para el escritor ficcional cuyo extenso monólogo cubre esta parte del libro. A diferencia de Cué, Silvestre siente la fascinación del mar, que es el horizonte de la ciudad. Cuando la recorre siente el placer de verlo desde la avenida que marca el límite.


Respondería al idiota de Gorky que dijo que reía el mar. No, el mar no ríe. El mar nos rodea, el mar nos envuelve y finalmente nos lava los bordes y nos aplana y nos gasta como a los guijarros de la costa y nos sobrevive, indiferente, como el resto del cosmos, cuando somos arena, polvo de Quevedo. Es la única cosa eterna que hay en la tierra y a pesar de su eternidad lo podemos medir, como el tiempo. El mar es otro tiempo o el tiempo visible, otro reloj (G, Cabrera Infante p. 313).



En las imágenes de Cué y Silvestre, la descripción del espacio no es objetiva sino absolutamente  traspasada por las repercusiones personales, en las que el espacio es representación del tiempo.




EL JUEGO DE CABRERA


Es oportuno recordar que para Cabrera infante la literatura es básicamente escritura, entendida como juego de palabras sobre las que ha desarrollado el arte combinando el aspecto fónico y gráfico. Así, el hacer artístico es asumido como una actividad esencialmente lúdica. En efecto, esta noción trasciende el carácter de analogía a la que puede recurrirse para explicar o interpretar la actividad poética, donde  el espectador apasionado, niño o adolecente, hace uso de un espejo para logra descifrar el rompecabezas  dicho por cabrera

¿Una broma?       ¿Y qué  otra cosa fue si no la vida de B?
¿Una broma? ¿Una broma dentro de una broma? entonces
caballeros la cosa es seria. (G, Cabrera Infante: P. 270 – 271)


Está aquí presente las notas que distinguen la actividad lúdica de otro escritor, la utilidad, la creación de un espacio propio, la regulación, y la  diversión como finalidad que puede ser compartida. Y entre ellas  la afirmación del autor: “La literatura es un juego”, Guillermo Cabrera Infante en su obra, tres tristes tigres, configuran los espacios imaginarios en los que se resuelve una construcción poética de compleja elaboración, a través de la cual el autor rescata la memoria de lo entrañablemente vivido y juega y celebra el acto de poder escribir.


CONCLUCIONES


-Hay situaciones realmente desconcertantes en el libro donde  las historias son muy sueltas. Difícilmente se encuentra una relación entre una y otra. Los personajes se cruzan fugazmente ya que  deambulan, se transforman y desaparecen.

-al principio no se logra tejido claro de lo que se trata el libro, solo la narración va pasando de boca en boca de los personajes para mostrar las situaciones desde distintos puntos de vista.

- G.  Cabrear Infante es un personaje singular que juega con el idioma, reorganizando las palabras, creando otras, encontrando anagramas, palíndromos y muchas otras especies conocidas o desconocidas. Casi hasta la mitad del libro creí que se trataba de una narración al estilo de La ciudad, donde los personajes lentamente se relacionan unos con otros para darle sentido a la narración. Pero no, aquí los personajes y la narración son disculpas para jugar con la palabra donde el reírse  y sorprenderse  con el manejo que se le da al idioma, es parte, y estilo de su escritura. El juego con la palabra cambia de escenario tanto como de idioma. Puede darse en una charla telefónica, en el relato de un fotógrafo o en un artículo sobre el asesinato de Trotsky, así como mezclar el español cubanizado, el español purificado de Alex Bayer, el inglés, francés, latín o los dialectos nativos, donde algunas páginas se deben oír mejor que se leen, y no sería mala idea leerlas en voz alta.


Bibliografía


Guillermo Cabrera Infante. Tres Tristes tigres. Barcelona, Seix-Barral, 1967.
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Guillermo cabrera infante (n. 1929) narrador cubano, periodista y brillante crítico cinematográfico, irrumpió con brillantez en el panorama literario internacional al ganar el premio Biblioteca Breve en 1964 con tres tristes tigres. Desde entonces se ha convertido por meritos propios en uno de los más innovadores y destacados escritores en lengua castellana.





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